abril 8, 2024

Mamá le llama a la policía a su hijo de 10 años tras descubrir que ha sido grosero con su maestra

Una mamá descubrió que su hijo había sido grosero con su maestra, y quiso darle una lección de modales. Involucró a la policía para ello.

Chiquita Hill que tenía un hijo de 10 años, Sean, usó un método que podría calificarse de poco ortodoxo o incluso drástico tras enterarse de las andanzas de su niño en la escuela.

Según ABC News, la maestra de quinto grado de su hijo le dijo a Hill que el niño se había portado mal en clase. Llegó al punto de contestar mal, mostrarse grosero e irrespetuoso, no escuchar y no hacer su trabajo escolar como sus otros compañeros.

La maestra visitó la casa de su alumno para tratar de solucionar el problema. Pero el chico no quería saber nada con escuchar a la docente.

Según la madre, las advertencias de la maestra «le entraban por una oreja y le salían por la otra». Ahí pensó que tenía que hacer algo más para que su hijo se diera cuenta de que lo que estaba haciendo estaba mal.

«Sabía que tenía que hacer algo que lo movilizara», dijo.

Después de que la exasperada maestra se fuera, Hill decidió recurrir a la policía en busca de ayuda. Así que llamó al Departamento de Policía de Columbus y les dijo lo grosero y testarudo que era su hijo.
Después de escuchar los detalles, el departamento de policía accedió a enviar oficiales a la morada de Hill. Justo antes de que llegaran, ella le hizo saber lo que estaba a punto de suceder, pero él se negó a creerlo.

No me creyó… cuando se presentaron a la puerta, ahí recién cayó en la cuenta», contó la madre.

Cuando llegó la policía, los oficiales le explicaron lo que harían a la madre, y con su permiso, siguieron adelante con el plan.

Sacaron al pobre chico esposado y lo llevaron al patrullero, donde permaneció alrededor de cinco minutos. Con el fin de dar realismo y asustarlo, un policía se subió al coche, encendió las luces y puso en marcha el motor.

Hill lo vio todo, y más tarde admitió que todo había sucedido tan rápido que el niño no tuvo tiempo de reaccionar a la novedad de ser esposado y puesto en un coche que él creía que lo llevaba a la cárcel. En su declaración, la madre dijo:

Estaba tratando de demostrarle algo a mi hijo, si quieres ser irrespetuoso y quieres ser grosero, esto es lo que pasa cuando la gente mala hace cosas malas».

Los policías regañaron al niño, después de lo cual lo dejaron salir y lo vieron correr tan rápido como sus piernas se lo permitían de vuelta a la seguridad de los brazos de su madre

Hill no tenía idea de lo que le dijeron al niño en el coche, pero cuando regresó con ella, Sean estaba distinto. La madre contó que el niño le prometió: «No lo volveré a hacer jamás».

Después de que los policías se fueron, ella sentó al niño y habló sobre lo que había sucedido, haciéndole entender que sus acciones tienen consecuencias. La madre quedó convencida de haber hecho lo correcto. Está convencida de que su hijo nunca olvidará la lección en los años venideros.

Según el subjefe Lem Miller del Departamento de Policía de Columbus, los policías que se involucraron lo habían hecho sin la aprobación de sus supervisores y declararon que la policía estatal no se dedica a fingir arrestar gente.

Miller advirtió que si bien todo parecía haber salido bien, también podían haber hecho que el chico le tomara encono a la policía, y eso podía tener consecuencias negativas más adelante.

Sin embargo, confirmó que no habría sanciones contra los agentes involucrados porque solo intentaban hacer una buena acción y ayudar a la madre. Remarcó que eso no cambiaba el hecho de que los policías podían haber abusado de sus funciones y de sus uniformes. Dijo:

«Entendemos totalmente que estaban tratando de hacer algo bueno». Luego añadió que no por eso estaban «avalándolo» y, de ahí en adelante, se desalentarían semejantes medidas drásticas

Pese a lo que observó Miller, la madre quedó convencida de haber hecho lo correcto. Comentó que empezó a recibir noticias alentadoras de la maestra de su hijo.
Mientras tanto, tan pronto como las noticias salieron a la luz en Internet, se encendió la polémica en redes. Mientras mucha gente consideró que involucrar a la policía había sido una gran idea, otros tantos estaban horrorizados por esto.

Un usuario escribió: «Una madre que se preocupa hará casi cualquier cosa para asegurarse de que su hijo camina por el camino recto y estrecho y si esto es lo que se necesita, que así sea. Creo que le dará miedo hacer cosas malas por la policía».

Otra estuvo completamente en contra: «¡Esto está mal en muchos niveles! Mi esposo es un oficial retirado y odiaba que la gente les dijera a sus hijos que la policía los iba a atrapar si no se enderezaban».

Para muchos, fingir un arresto, desviar a la policía de sus tareas y someter al niño a ese estrés estaba completamente fuera de proporción con manejar un evento común como es lidiar con un chico que se pone insolente. Señalaron que podría haber usado otras estrategias sin involucrar a las fuerzas del orden en el asunto.

Todos coincidieron en que la desesperación de la madre era comprensible, ante la imposibilidad de tener una comunicación efectiva con su hijo. Era una lección necesaria, pero ¿era este el modo? ¿Qué hubieras hecho en su lugar? Comparte tu opinión en comentarios.