AMPOLLAS Y ROZADURAS EN LOS PIES. ¿CÓMO SE PUEDEN CURAR Y PREVENIR?

Todos alguna vez hemos sufrido ampollas o rozaduras en la piel los pies. Esta incómoda lesión puede impedirnos disfrutar de actividades tan cotidianas como dar paseos, salir a correr (sin notar dolor en cada paso), recorrer ciudades haciendo turismo o practicar nuestro deporte favorito. Para evitar que esto vuelva a ocurrir, en este artículo te contamos todo sobre esta patología.
Qué es una AMPOLLA?
Una ampolla es una acumulación de líquido transparente o sanguinolento resultado de un roce repetitivo, ya sea con el calzado o entre los dedos (piel con piel). Se trata de un mecanismo de defensa de la piel para proteger su tejido interior, ya que esta burbuja que surge de una zona irritada, se forma en la primera capa del piel conocida como epidermis.
CAUSAS. ¿Por qué salen ampollas en los pies?
La aparición de ampollas y rozaduras en los pies puede deberse a varios factores. A continuación te enumeramos algunos de ellos:
– Roce o fricción continua. La causa principal de las rozaduras y ampollas en los pies es la fricción de la piel contra el calzado, sobre todo cuando hacemos largos recorridos o cuando estrenamos calzado. Esta lesión también puede darse por la fricción de piel con piel y entonces la lesión suele aparecer entre los dedos.
– Quemaduras. El sol, productos químicos o líquidos a altas temperaturas, como el agua hirviendo, pueden ocasionar ampollas (tanto en los pies como en el resto de partes del cuerpo).
– Pie de atleta u hongos en los pies. Los hongos en los pies, como sucede en la patología del pie de atleta, también pueden llegar a producir ampollas. Te contamos todo sobre este problema en “Pie de atleta: tipos de infección y consejos para prevenirlo“.
– Espolón calcáneo. El crecimiento del hueso del talón genera un roce excesivo de dicha zona con el calzado. Esta fricción deriva en las mencionadas lesiones cutáneas. Para saber más sobre esta patología te dejamos el post “Espolón calcáneo. Causas, síntomas y tratamientos”.
– Otros. Reacciones alérgicas, enfermedades cutáneas como la dermatitis o infecciones en la piel como la varicela también pueden ser causa de la aparición de ampollas.
En definitiva, la causa principal de las ampollas es la fricción continua de la piel con el zapato, sobre todo, si el calzado es nuevo.
TRATAMIENTO. ¿Debo explotar la ampolla?
Si no se ha podido prevenir y aparece una ampolla en la piel del pie, debemos seguir los siguientes 4 pasos:
- Lavar la zona con jabón y aclarar con abundante agua tibia.
- Secar bien con gasas y aplicar clorhexidina o povidona yodada.
- Tapar la zona con una gasa antiadherente (para evitar que se pegue) y cubrir con espradrapo de papel (tiene mejor transpiración).
- En caso de que la ampolla tenga gran tamaño y nos impida caminar por el dolor que provoca (el líquido es el causante de esta molestia), la deberemos abrir y drenar, y nunca quitarle la piel. Si la lesión se queda al descubierto (sin piel), limpiaremos la zona para desinfectarla y colocaremos un apósito específico de los que se conocen como “segunda piel” o “piel artificial” (tendrá que cubrir totalmente la zona lesionada). Nunca colocaremos encima de la zona dañada un apósito que contenga adhesivo, ya que al despegarlo podemos dañar más esa parte.